No sé cómo he llegado hasta aquí, tampoco consigo recordar ningún momento anterior a esta reclusión. Las paredes, de algún extraño metal, no presentan vanos ni juntas visibles. ¿Quién o qué poder me ha substraído de mi mundo y recluido en este cubo perfecto?, ¿tal vez un sueño?, ¿mi sueño o el sueño de alguien que me sueña? Si me pellizco me duele, pero no es suficiente evidencia para demostrar mi existencia real; cuántas veces he creído estar despierto cuando en realidad estaba dormido. De cualquier forma he de salir de este recinto, ya sea volviendo a la vigilia o buscando cualquier resorte oculto tras esta superficie compacta.